lunes, 24 de noviembre de 2014

"Ensemble c´est tout" (Theme Camille), de "Juntos, nada más"

"La música más hermosa del mundo" es la melodía que tienes
guardada en la "caja de música" del corazón y que, cuando abres
su tapa, escuchas del violín del hada de tus sueños.
"La música más hermosa del mundo... quizá no sea ninguna de la que contiene esta obra y cuyos álbumes envolví, durante años, con música y pinté con "mi literatura". Creo que "la música más hermosa del mundo"... es aquella que embriaga tus sentidos y alboroza tu espíritu en calma, con su evocación. Yo solo procuré traerte, durante esos diez años que dediqué a mi trabajo, un muestrario de melodías, casi todas del cine, para que tú encontrases la que te hiciera soñar".
   
(Rusty Andecor)
  
El filósofo alemán Georg Wilhem Friedrich Hegel llegó a decir: "La música debe elevar el alma por encima de sí misma, crear una región donde, libre de toda ansiedad, pueda refugiarse sin obstáculos en el puro sentimiento de sí misma". 
  
Y lo cierto es que, pues lo dije en el "volumen 10" de mi obra musical, "hay una música que sale del corazón, y la recrea nuestra fantasía cuando escuchas, desde los sentimientos, esa melodía de cine que envuelve y perfuma la escena de tus sueños".
  
Escogí, para este álbum, un tema y una película que mejor
se adaptaran al mensaje que deseaba transmitir. El tema, la
convivencia, "nada más". La película: "Juntos, nada más"
He de confesar que fueron muchos y muy distintos, los mensajes que me transmitieron los temas que había elegido para preparar mi "Volumen 10", y que pensaba completar con un apéndice para recopilar en un álbum que titularía "El epílogo". Había guardado, durante un tiempo, parte de algunas bandas sonoras que me habían transmitido ese sentimiento que siempre he buscado en los secretos de mi música. Unas, las encontré en el nuevo cine, en filmes actuales. Otras, las busqué entre algunos de mis músicos favoritos. Pero tuve que elegir una película para darle color y aroma a mi álbum, porque necesitaba el mensaje que debía aportarme una de esas obras del cine. Y la verdad es que no pude quedarme sólo con una, pues fueron dos realizaciones cinematográficas las que dieron su contribución a este "Epílogo", como entonces lo llamé. "The Artist" y "Midnight in París" fueron las películas elegidas; ellas y su música llevaban el mensaje que yo quería transmitir en mi libreto y en mi reflexión.
Y escogí el encanto, la sutileza y la exquisitez de Audrey
Tautou, porque había una sugerencia en algunas escenas
que me transfirieron ese aroma que yo necesitaba.
  
Sin embargo, ninguna de las dos películas, ni tampoco su música, van a ser las que describa en mi crónica musical de hoy. Las dos, y cada una de ellas, tendrán su momento, "mi literatura" y su música, para una siguiente publicación. Porque hoy he querido "romper una lanza" en favor de esa sonrisa y esa convivencia que tanto nos cuesta junto a quienes no hemos aceptado o no hemos sabido entender. Y para ello, ha sido el film francés "Juntos, nada más" y su tema "Ensemble c´est tout", de Frédéric Botton, lo más próximo a lo que he deseado transmitir.

Lo mejor es mirar a los ojos de quien está junto a nuestro
destino. Y lo mejor es brindar, de frente y conectando
con los ojos y desde el corazón. (Escena del film)
Se trata de una comedia feliz, aunque con su dosis de sensibilidad y de drama, divertida y feliz, y con unos excéntricos pero obligados personajes, una de esas películas con las que te quedas a gusto después de haberla visto. Y es que el argumento lo hacen tres personajes bien distintos, unos de otros, que tendrán que superar tantas dificultades que estarán a punto de abandonar su empeño en seguir juntos. Lo extraordinario y admirable del tema es que tendrán que aprender a controlar sus dudas, sus penas, a sonreír entre ellos y para ellos, y a defender, por encima de todo, la convivencia entre ellos, incluso a materializar sus sueños. Y es que de eso se trata en la vida misma. Lo cierto es que el escenario que yo quiero visualizar en mi propia película me hace recordar que "lo mejor es mirar a los ojos de quien está junto a nuestro destino, pues lo que importa es hacer de la vida un cuento con final feliz".
Y hay sonrisas que llevamos a nuestra intimidad y dormimos con
ellas. Son las sonrisas que formarán parte del escenario de
nuestros sueños. (Escena del film "Juntos, nada más")

Era éste el carácter y el mensaje que quería darle, con el mensaje musical de "Camille et Paulette"de "Juntos, nada más", para convencerme, y convenceros a quienes me lean, que "hay sonrisas que guardamos y tenemos preparadas para entregar a quienes queremos hacer feliz, como también hay ilusiones que podemos ver en la sonrisa ajena cuando nuestro regalo, el de nuestros sentimientos, sabemos que le complace". Y fue parte del mensaje que quise darle a la historia que contenía, difuminada y casi oculta, en el libreto de ese "décimo volumen" . (Clic en el título del tema)

Porque hay historias tan ensoñadoras, tan lejanas y tan imposibles
de contar que son como cuentos fantásticos en los que, a veces,
podemos vernos, paseando por esos mágicos lugares, junto a
quien comparte nuestro destino (Escena de Midnight in París)
Por lo demás, transcribir también aquí el preámbulo que sirvió para iniciar el libreto de ese álbum a que me he referido antes. Decía: "Érase una vez... una historia de amor escondida en un sueño, dibujada en un cuento y, tal vez, olvidada bajo las profundas aguas de un océano muy lejano. Érase una vez... una historia imposible de contar, porque imposible fue el amor que sucedió en los lejanos confines de aquel sueño". Y para envolver este comienzo, nada mejor que un tema algo exótico, porque su música también parecía envuelta con el sonido de las aguas de aquel lejano océano. El tema era algo nostálgico, porque intentaba evocar una historia hermosa y ocurrida en "un tiempo ya pasado" y que solo se podía describir con la música contenida en el álbum. Y el tema era solemne y sublime, porque si hermosa era la melodía de portada, majestuosa debía ser también la apertura para celebrar el esplendor de esa "música más hermosa del mundo" del que, entonces, pensaba sería mi último álbum.
  
Y el tema "Once Upon a Time in the West" solemne, sublime y nostálgico
Hay un reloj del tiempo que podemos detener
cuando hemos hallado ese instante que deseamos
vivir. Sólo hace falta ajustar la imaginación y
escaparnos a lo que nos parece imposible.
sería el que nos prestaría Ennio Morricone y que, con sinfónica él mismo dirigía en el anfiteatro romano de Verona. Y el tema 
"Once Upon a Time in the West" exótico y de aquel lejano océano es el que nos ha dejado el orquestador Alain Morisod.
  
Y a propósito de esa convivencia tan difícil, a veces, pero tan gratificante, después; y de lo feliz que puede hacernos el instante en que miramos a los ojos de quien está junto a nuestro destino, quería recordar, parte de la conclusión que hice en ese "volumen 10" y añadir... algo más. Y es que... "La vida es como un baile de ilusiones y desencantos, de gozos y de tristezas; que lo mejor es mirar a los ojos de quien está junto a nuestro destino, pues lo que importa es hacer de la vida un cuento con final feliz. El paso del tiempo es implacable, pero el reloj que marca las horas nos muestra, en ocasiones, ese instante maravilloso, y por eso hay que aprovecharlo, porque ese y otros instantes, son los que nos pueden hacer felices, aunque a veces tengamos que saltarnos las reglas de la realidad y adentrarnos en el universo prohibido de la imaginación, de la insensatez o, incluso, de lo que algunos llaman "la locura".
  
"Juntos, nada más", es una película francesa del año 2007, dirigida por Claude Berri y protagonzada por Audrey Tautou y Gillaume Canet. La banda sonora es de Frédéric Botton, cuya reseña biográfica se publica en la sección de compositores.
  
Ángel González "Rusty Andecor"


lunes, 17 de noviembre de 2014

"Anette" o "Encuentro en el Sena", de "La belle dame de La Seine"

Enmarcadas en esa mágica lámina, y que cuelgo de mi propio
"Café de París", aparece dibujado el escenario que suelo encontrar
en mis sueños. Sólo hace falta ponerle "la música que yo quiero"
"Podrías privarme de la ilusión de oír el sonido de tu voz o de ver aquellas palabras dibujadas, con las que sueño y que salen de tu corazón. Podrías privarme del rubor de una mirada, del hechizo de un silencio, la promesa de una cita o la esperanza de un encuentro. Me privarías de la magia de un suspiro, del perfume de un abrazo, o el sabor y la caricia de un beso. Pero no podrás privarme de escuchar en el "Café de París"... la música que yo quiero".

Rusty Andecor
"Encuentro en el Sena". Su música está basada en una vieja "canción
de amor" noruega dedicada a Anette, la dama a quien se le canta. Sin
embargo hay una leyenda fantástica alrededor de ese "encuentro"
que se describe en un cuento llamado "La bella dama del Sena"
Y esa "música que yo quiero" es... de alguna forma... el "love theme" de toda la obra musical. Fue el tema que dio carácter al "tercer volumen" del álbum "La música más hermosa del mundo" y que, con el título de "Encuentro en el Sena", extraje de una vieja "canción de amor" noruega que  en 1930 cantaba por la radio y grabó Rita Drangsholt. La canción se llamaba "Anette", que después se popularizó como un "lied" en Alemania y que llegó a cantar la propia Marlene Dietrich, bajo la letra con una triste historia de amor. Finalmente, el acordonista y arreglista Jan Holland, afincado en París, lo versionó tal y como puede oírse en el vídeo cuyo montaje subí a Youtube con el título de "Encuentro en el Sena" (clic), aunque el tema se había convertido años atrás en una leyenda musical para los acordeonistas que lo interpretaban como un vals en los lugares más bohemios y próximos al Sena, y con el que se recordaba también a la desafortunada historia de unos enamorados que desaparecieron allí en "La Seine". (Clic en el título "Anette" para reproducir desde Spotify la canción original de Rita Drangsholt) 
  
Siempre hay un "Café" en alguna parte de nuestro mágico
universo en donde podemos sentir la música del corazón;
solo hace falta "encontrar" ese lugar que aparece en nuestros
sueños y celebrarlo con un beso de amor.

Pero, además de estar incluido en el "volumen 8" del álbum, también formó parte de esa "música que yo quiero" el mismo tema "Anette" que versionó e interpretó al piano mi sobrino Carlos González, productor musical y editor discográfico de "Estudios de grabación Piccolo", y que bajo el título "La belle dame de La Seine" (clic) se puede reproducir en el enlace del mismo.
  
Y aparte de esta introducción musical que  sirve de presentación, significativa de mi obra, me fascinó incluir en el doble álbum "Café de París" algunos temas con "sabor parisino", piezas simbólicas de esa leyenda que nos recuerda el bello París, la ciudad de la luz y del amor, porque sentí que me devolvía el mensaje de otras épocas que me hacían ensoñar en el hechizo de sus escenarios. Añadí, en la segunda parte de este "Café", algunas reliquias de acordeón, si no las que mejor representaban ese popular estilo "musette", sí en cambio las que evocaban aquel singular peregrinaje parisino "con olor a calle estrecha, absenta, simbolismo y bohemia, en donde a menudo asoma la desesperanza y el desamor".


Una de las acordeonistas más retratadas por el célebre fotógrafo francés
Robert Doisneau, en una escena de un viejo Café de París, en donde los
valses y musettes daban olor a cafés y bares, a coñac y absenta,
a enamorados y camareras del amor, a sueños y a desesperación.
Y entre esas viejas piezas, sería justo evocar algunos de los más clásicos acordeonistas, como Tony Murena o Louis Peguri, del que podemos escuchar "La Piémontaise"; o también, las más contemporáneas, como "La Roulotte" de Louis Corchia"Place Montmartre" de Jean Corti; incluso alguna versión del vals "Mon Amant de St. Jean", del que vemos aquí la interpretación que hace el cantante francés Patrick Bruel. Y todas ellas, para traernos el sentimiento de la estampa de un París ensoñador y bellísimo.
La "River Seine" es también escenario de esa música de valses y
musettes que interpreta la bohemia del "accordion".
  
Todos ellos, los de esta segunda parte del "Café de París", son temas con los que he querido hacer justicia a un derroche imprescindible de musettes y valses, con sabor a la brisa y al perfume de esa música de París. Luego, hay una dedicación esmerada y empapada de mi íntima sensibilidad hacia esas bandas sonoras cuya clave, también aromática, tanto ha pretendido significar lo que yo he llamado "La música más hermosa del mundo".

Quienes tuvieron ocasión de escuchar este doble álbum (volúmenes 8 y 9 de la colección), seguro que contemplarían mi evocación a ese aire y ambiente de un París con sabor al viejo acordeón y a los recuerdos de un Sena que, a veces, suele aparecer en el cuento de mis sueños y que intento escenificar en la fantasía de mis microrrelatos, los que reproduzco en el libreto de esa parte del álbum.
"La belle dame de La Seine" se apresura por las
calles de París para llegar a su "encuentro en el
Sena" . Lleva consigo su equipaje cargado de
ilusión, de sueños y de su destino.
  
Quiero resaltar que el tema que he quedado aquí, como representativo del color y carácter del álbum, "Anette" "Encuentro en el Sena", es la pieza melódica, simbólica por excelencia, que contiene esa estampa de sentimientos y colores, con el que he pretendido inundar el álbum en su totalidad. En mi fantasía, relatada en el subtexto de algunos temas, es la representación pictórica más evidente de una secuencia que escenifica "un encuentro en las orillas del Sena". Es el "Love Theme" de una imaginaria película que podría haber titulado "Música Paradiso", como admiración y tributo al genial film comentado en una crónica reciente.
  
En cuanto al tema "La belle dame de La Seine", versión adaptada de "Encuentro en el Sena", con arreglos e interpretación de Carlos González, es un homenaje al tema de amor del álbum y a la escena de ese "encuentro". "El tema describe -extraigo de mi libro Café de Parísel mundo maravilloso que cabe en la sonrisa que escapa de lo más profundo del corazón, cuando quien nos la muestra nos sugiere su ilusión, su sincera generosidad, su amor y el deseo de envolvernos con la intensidad de sus sueños". Una bella música que interpreta Carlos con un piano Pleyel de principios del siglo pasado y de origen tan parisien como el mismo sabor de aquel nostálgico "encuentro en el Sena", en una versión acústica y con un estilo tan romántico que nos hace pensar que el pianista (mi sobrino Carlos) supo ser cómplice de los sentimientos de quien conoció el significado de aquella scène sur la Seine.
  
Y no olvidemos que siempre hay alguien, con un aire de tristeza,
pero también de ilusión, esperando en ese lugar mágico, parecido
al que vemos en nuestros sueños y que puede ser el Café de París,
 a que llegue... una sonrisa de esperanza, mientras suena esa
música... la que sabíamos era "la más hermosa del mundo".
Tal vez, "La belle dame de La Seine" es la interpretación más apasionada y espontánea de quella histoire d´amitié et d´amour que yo soñé y que escribí en mi extraño cuento y al que puse el mismo título que su tema musical. Quizá es..., y como dije entonces en mi libro, "una sonrisa del alma mojada de una música que es capaz de hacernos gozar cada instante de su melodía, con sus notas y acordes, haciéndonos olvidar de la infelicidad de las escenas pasadas y de las que puede acecharnos el mañana". Porque..., y así continuaba, "La vida es como un poema sinfónico; su música está repleta de lágrimas y risas, de suspiros y sonrisas, de aromas y colores, de sabores y de brisas; unas y otras son los movimientos de la sinfonía ". Y terminaba "... y el color de sus acordes, el aroma de sus notas y el sabor de su tristeza o de su dulzura se difuminan si no están impregnados la música de aquella sonrisa".
  
Finalmente, recordar la dedicatoria que hice, hace años en mi publicación, y que renuevo ahora, igual que entonces: "La música del Café de París y la fantasía de su "literatura", está dedicada a quienes gustan de "colarse" en el café de su ilusión, a través de la "puerta de los sueños", la que les lleva a escuchar aquella melodía que guardan en su recuerdo y que puede imaginar en su "vieja caja de música" o en este... 

Rusty Andecor
  
Reseña biográfico-musical en la sección de "Músicos y compositores", a la derecha.

lunes, 10 de noviembre de 2014

"Love Theme", de "The Tourist"

El "Café de París" es el lugar mágico que se aloja en nuestros
sueños, de donde extraemos todas aquellas ilusiones que
buscamos hacer realidad a lo largo de nuestra vida
El "Café de París" es la "caja de música" en la que guardamos nuestros más hermosos sueños. Y a veces, es necesario destapar la caja y abrirla para escuchar la armonía deliciosa de sus melodías, los acordes de un nostálgico acordeón, la dulzura de un violín o un cello, la intensidad de las notas de un piano, o aquel mágico carillón que hacía sonar la musiquilla de la vieja "cajita de música"El "Café de París" es el lugar en donde se guardan el aroma de las sonrisas y el color de aquellos instantes de los recuerdos  que jamás olvidaremos.  Y no deberíamos resistirnos a entrar en él, de vez en cuando, y a través de la puerta de los sueños, porque es como escenificar las secuencias que se alojaron en nuestra memoria del corazón.  

"Café de París". En donde se guarda el recuerdo
de aquel instante feliz, con el color de su música,
y que ahora buscamos recuperar en la ilusión.
Cuando decidí llenar de música este "Café de París" y hacer la selección y el montaje del álbum, dentro de mi obra "La música más hermosa del mundo", pensé en un homenaje de recuerdos para visionar en una "película" imaginaria dirigida a unos mágicos asistentes, y así gratificar a quienes entre todos ellos más calaron la sensibilidad del mensaje musical del álbum. Quise recrear con ese escenario de "fotogramas" un rincón virtual con colores de ilusión y aromas de exquisito café.
  
Extraje los temas "Arriving at the ball", primero, y "Elisa Offers a Ride", después; (clickear en ambos títulos), pertenecientes a la BSO de "The Tourist", compuesta por James Newton Howard, no por su referencia al argumento o mensaje de la película, cuya mediocre calidad y una discreta interpretación de Johnny Deep y Angeline Jolie, solo la salva -precisamente- la música del maestro Newton Howard, sino por la fuerza del mensaje que da entrada y fin a la recopilación
Siempre hay una "música hermosa" que describe el recuerdo de
ese instante que guardamos en nuestro "Café de París".
(Johnny Deep y Angeline Jolie en una escena de "The Tourist")
musical del "volumen 8", así como para iniciar y concluir la temática del libreto del álbum "Café de París", compuesto por éste y el siguiente volumen. El 
"love theme" del film, los dos temas antes referidos, sirve aquí para dejar entrever, al comienzo de ambos, la fascinación de unas notas de esperanza, describiendo en la segunda pieza, después de la intensidad de la cuerda, un breve diálogo de "imaginarios personajes", exquisitamente emotivo e interpretado por el acordeón, el clarinete y el piano.
En ese Café de la Ilusión siempre podremos
encontrar "esa imagen", aunque la veamos
de espalda; y la magia de la música nos
convertirá en testigos de aquella escena
que sucedió en... nuestros sueños.
(Autorretrato de la violionista
Stephanie Valentin)

En el tema "Elisa Offers a Ride" ("Elisa ofrece un viaje"), mi inspiración ha preferido buscar en el contexto de la música, descrita en mi libreto, un personaje que buscaba, casi con desesperación, la felicidad, aunque, tal vez, desde la ilusión de su corazón. Un personaje sencillo e insignificante, pero entrañable y preocupado por cuidar de sus amigos o de la gente más cercana que deseaba corresponderle, y ello, lejos de frivolidades y de la codicia del brillo perverso del interés mundano. Es una contexto, como digo, que no tiene nada que ver con la trama del film, sino con la intencionalidad de esa inspiración que yo buscaba.

La riqueza de matices sinfónicos que envuelve la intensidad de la cuerda con el aroma nostálgico que se desprende de la melodía, unida a la presencia de un permanente guiño al recuerdo de los temas de los "volúmenes" anteriores, y que invita la contemplación de las imágenes que dibujan cada uno de los mensajes del libreto de esta parte del álbum, nos sugiere complacernos en esas evocaciones descritas en la música representativa de cada uno de esos primeros siete volúmenes. Newton Howard ha prestado la genialidad de su inspiración a esta breve obertura, insustituible, para expresar, de la forma más elocuente y acertada, esa introducción en la antesala de la trama de un relato extraído y narrado ya en el resto del álbum, publicado anteriormente, y que se integra ahora aquí, de forma fragmentada, en los temas más relevantes de la recopilación, y rememorados en un flash-bak de mensajes y de música.
  
Finalmente, esa inspiración de Newton-Howard me ha transmitido mi propio mensaje en ese tema "Elisa Offers a Ride", con el que, escuchando su músicas, he sentido desde ella que "siempre queda la esperanza de un nuevo amanecer", aquí o en alguna otra parte y en un nuevo día, y que "siempre queda una ilusión para dibujarla en el horizonte del azul de los sueños". 

(La reseña filmográfica y musical del James Newton-Howard aparece en el espacio a la derecha, bajo los demás compositores de música).
Rusty Andecor

lunes, 3 de noviembre de 2014

"Love Theme", de "Cinema Paradiso"

Es el color, casi irreal, el de los sueños, el que envuelve, el beso
y el abrazo que se oculta en la ternura de este "Love theme".
"Cuando la locura del desencanto
enajena mis sentidos y envilece el frenesí,
no hay consuelo que modere la pasión;
sólo templa el abrazo de mis sueños,
la caricia de la música
y el color de su guión".

(Rusty Andecor)


Y son los sueños y las notas de la música, y también el color de su guión, los que dan la sugerencia a las historias que bullen en los océanos de nuestra imaginación. Por eso, elegí el "Love Theme" de Cinema Paradiso, de Ennio Morricone, para el "séptimo volumen" de mi colección "La música más hermosa del mundo", porque siento que recrea la atmósfera de nostalgia de una maravillosa historia de amor y de amistad, relatada en ese magistral film "Cinema Paradiso", pero también, quizá, dibujada con trazos de ensueños en el libreto del conjunto de los temas, y con el que quise impregnar los inicios musicales de esa parte de mi obra. (La versión que reproduce el vídeo en el enlace del título, en el texto de este párrafo, es el que interpreta la Sinfónica de Varsovia y que dirige el maestro Morricone)
  
El "Love theme" es una hermosa insinuación del
eterno romance entre nuestra alma ensoñadora y la
imaginación romántica que nos envuelve.
Si Cinema Paradiso es un idilio entre el protagonista de la película y el Cine, el "Love theme" que se deja entrever en ese volumen es un romance entre el alma ensoñadora y apasionada de ese otro protagonista, anónimo en el mensaje de la música, y su imaginación romántica; y el carácter de su personaje es una constante búsqueda de la identidad del Totó del film. Y al igual que en la película, el tema de este volumen, es un canto idílico al paso del tiempo y a los recuerdos. Además, y teniendo en cuenta que para mí, "la vida es una película llena de sueños", Cinema Paradiso es la mejor representación que he podido encontrar para sugerir toda una sinfonía de sueños que siempre pretendía dibujar musicalmente en esta parte del álbum y en toda la obra de mi colección. (La versión que reproduce el vídeo en el enlace del título, en el texto de este párrafo, es el que interpreta al violín Itzhak Perlman)
  
El clásico del cine italiano es el relato conmovedor de una desilusión amorosa, pero es también una reflexión sobre la fiel amistad, el amor inconcluso, los sueños, la perseverancia y la fuerza de la voluntad. Su "Love Theme", no sólo el de la película, sino el del propio mensaje de su música, establece una relación igualmente enternecedora, con los mismos esquemas que describía en el libreto de este "séptimo volumen" y en el de los anteriores.
  
Lo cierto es que el "Love theme" de Cinema Paradiso no sólo representa un
Cinema Paradiso es un idilio entre el Cine y el eterno amor de dos
seres humanos. Su "Love theme" es una hermosa pintura musical
que describe un cuento de amor y desamor, entre la esperanza
y el deseo, la ilusión y el desengaño, la realidad y los sueños.
icono musical que da color y que 
impregna con su tono de luz la sugerencia idílica del álbum, sino que es una evocación a mis referentes musicales, los que más influyeron en los mensajes que quise transmitir en el subtexto de mi libreto y que sugerían la fascinación de ese destello subliminal, representativo, unas veces en esa musa recreada en mi fantasía, y otras, en una ilusión que se difumina desde algún personaje real conocido o, tal vez, que yo mismo he creído mitificar desde el universo de mis sueños.
  
Y en cuanto a la hermosa historia de Cinema Paradisoel flash-back con el que se rememoran episodios de un tiempo pasado, es también, en retrospectiva, la forma en que se narra ese relato musical en el que transcurren momentos de amistad, de pasión y de desilusión. Y así, en mi libreto, se describe el carácter 
Y "Cinema Paradiso" es, también, una maravillosa y tierna
historia de leal amistad entre Salvatore y Alfredo.
del tema omo "un romance que vive cualquier protagonista de una historia de amor y desamor, entre la esperanza y el deseo, la ilusión y el desengaño, la realidad y los sueños, pero sobre todo, es una melodía que "visualiza", de forma sensible y emotiva, la ternura de un instante feliz y de su recuerdo". (Clic en el título para visionar la película completa).


"Nuovo Cinema Paradiso", su título original, representativa del mejor cine de culto, es una producción italiana del año 1988, dirigida por Giuseppe Tornatore e interpretada por Philippe Noiret y Jacques Perrin, cuya banda sonora fue compuesta por Ennio Morricone, y de la que podemos escuchar y ver algunos de sus fotogramas en esta "Suite Cinema Paradiso".
  
Finalmente, y como anécdota nostálgica personal, el tema "Love theme" de Cinema Paradiso (hacer click), en una versión muy especial del acordeonista Emilio Bertrand, formó parte de un mensaje musical con el que quise decir adiós a quienes fueron "mis amigos con alma sensible", en un momento de despedida, cuando dejé mi actividad de trabajo y me entregué al descanso del "jubiloso".
  
Ángel González "Rusty Andecor"
  "