Es una secuencia de "El triunfo de un sueño", en la que el padre aconseja a su hijo, sin saber el parentesco que les une, que no abandone nunca la música, que será su mejor refugio y compañía. |
"La música envuelve la placidez y la inquietud del alma, con
los mensajes que transmite la poesía de sus notas y acordes; y la emociona, y
la inspira, y la conmueve".
(Rusty Andecor).
"No abandones la música, pase lo
que pase, porque cada vez que te pase algo malo será el sitio en el que podrás
refugiarte y olvidarte de todo". (Clic en el título del texto)
("El triunfo de un sueño")
Es el "volumen 13", la segunda parte del álbum "La niña del vestido blanco", uno de los cuentos "ocultos" o vaporosos, pero turbadores, entre los "relatos musicales" de mi obra, y que sugiere a esa dama transformada en niña, unas veces con su vestido blanco, otras con su vestido azul; unas, envuelta en seda, otras... vestida en tul.
"La caja de las
sorpresas" ("Main Titles"), de John Barry, BSO de "The Wrong Box", producción inglesa de 1966 (clic en el título), es una música que nos va a recrear un ambiente de escenas felices, en un pasado que coincide con la época del "primer volumen" y que ya incluía el tema en una versión distinta. Es la representación de una "caja de sorpresas" que nada tiene que ver con el argumento del enredo cómico del film. En la fantasía del escenario aparecen dos personajes; "él", no es aún el viejo mago, aunque quizá sea ya el "aprendiz de poeta". "Ella", no es la niña del vestido blanco, pero tal vez fuera la dama que él conoció antes de convertirse en aquella niña, que terminó siendo una "ilusión". Es "la caja de las sorpresas" porque en ella empieza a producirse la magia de las escenas que luego comienzan a sucederse. Una caja de sorpresas que visiona, como si fuera un truco de magia, esas antiguas y desvaídas "fotografías" que vemos en nuestro "visor de antigüedades" y que identifican los instantes más representativos del "álbum de relatos" que componen la colección de álbumes literario-musicales: "la música más hermosa del mundo".
La escena representa a esa dama que perdió a quien amaba y que ahora se refugia en la luz de su luna, en sus pétalos y aromas... y siempre en sus azules, lejos del loco mundo. |
Y en ese contexto de momentos nostálgicos que nos ha recordado el
tema anterior, con sus viejas y desvaídas "fotografías",
extraemos de ese "Volumen
13" un nuevo tema de Henry Mancini y que pertenece a la BSO de "Victor o Victoria";
se trata de "Crazy World/Sad Victoria" (clic en el título). El tema tiene dos mensajes
musicales. Uno describe los colores nocturnos, pero amables de sus escenas, y
quizá también, las de ese extraño, hostil y loco
mundo en que vivimos (de ahí
su título "Crazy
World"). El otro, describe una escena nostálgica, la del recuerdo de
aquellos momentos felices que quedaron muy atrás, pero que aparecen guardados
en el "visor de imágenes" del pasado, aunque también plasma el perfil
triste de una dama que perdió algo que amaba (de ahí el título "Sad Victoria").
Georges Delerue nos trae un "Love theme" (clic), que pertenece a la BSO de "Steel Magnolias", y
que comienza con una música suave y delicada, quizá intentando imitar una caja
de música que hace sonar sus primeras notas, como para describir que es,
precisamente, esa "caja
de los secretos" la que
guarda la clave de una historia y que hay algo en ella hermoso, como ensalza
después la continuación del tema cuando llega la intensidad de la cuerda.
Describe, sobre todo, el entusiasmo de la niña que sale de los secretos de esa
caja de música, tal vez en una imagen retrospectiva de aquella princesa que ya
describió otra versión del tema en un volumen anterior, o en un flash-back de la dama que después se
transformaría con su vestido azul. Lo cierto es que "ella" es, siempre, el mismo personaje que
aparece o que se sugiere en toda la obra.
De nuevo, "la locura del mundo", como bien define, no sólo su título "Crazy
World-Le Matelot Club", de Henry Mancini y BSO "Victor-Victoria" (clic), sino el escenario que describe su música, y mediante el que vemos cómo esa "locura" se alivia, se serena, se enternece, con la esperanza y con la ilusión de la magia que volverá algún día. Quizá, los trucos no funcionen, pero sabemos que "el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños"; incluso, como dijo Jean de la Fontaine: "a menudo encontramos el destino por los caminos que tomamos para evitarlo". Quizá, no solo nuestra "dama de los sueños" volverá con las alas de su ilusión, sino que aunque no permanezca tangible entre nosotros, ni siquiera visible, que solo sea una apariencia etérea, la tendremos siempre en nuestros recuerdos y en las imágenes de nuestro "visor de antigüedades". Y si nos fijamos, la melodía que describe ese loco mundo, en donde el destino ha ido dejando su rastro de instantes felices y de momentos amargos, nos va dibujando la vida, escena tras escena, con cada uno de los instrumentos: el piano, el saxofón, el acordeón a lo lejos, e incluso la percusión de unas escobillas de ritmo. Cada sonido nos trae un mensaje, de cada etapa de la vida, de cada momento, de cada instante.
La dama vestida de azul es ahora "la dama del Sena" que se aleja a lo lejos, con su amigo, por el puente, bajo la lluvia, mientras se escucha el acordeón. (Escena de "Midnight in Paris") |
Finalmente... y de nuevo, el tema principal de la película "Victor o Victoria", el que lleva el título "Crazy
World, Victor Victoria", otro remake del mismo "love theme" de la BSO de Henry Mancini y que ya se incluía en un volumen anterior (clic en el título). Se trata de una estampa en la que aparece pintado el Sena, en el romántico París, como en la escena de un sueño, envuelta en un ambiente... casi mágico, con el color de una tarde lluviosa, el sonido del acordeón y el sabor de unos besos mojados de la brisa. Y refiriéndonos a momentos del pasado, es "el instante de la ilusión de un encuentro". Luego, poco a poco, se va desvaneciendo la música; es como si el
En fin... ¡qué
puedo añadir sobre la música! sobre
lo que transmite o sugiere, sobre lo que encubre o insinúa, sobre cuánto evoca
y emociona, cuando lo sugerente, los recuerdos o las emociones, salen de esa mágica "caja
de sorpresas". Creo que la música,
esa que vemos como una sinfonía de sonidos o como un poema de breves notas, es
la expresión de toda la intensidad de un sentimiento o de la sencillez de una
escena de la vida de unos personajes. Lo extraordinario -pienso yo- es que "la música, a veces, tiene
tanta fuerza descriptiva que el autor de su obra, o quien se inspira después en
su interpretación, podría expresar en ella todo un drama literario sin escribir
una sola palabra".
Ángel González "Rusty Andecor"