lunes, 17 de noviembre de 2014

"Anette" o "Encuentro en el Sena", de "La belle dame de La Seine"

Enmarcadas en esa mágica lámina, y que cuelgo de mi propio
"Café de París", aparece dibujado el escenario que suelo encontrar
en mis sueños. Sólo hace falta ponerle "la música que yo quiero"
"Podrías privarme de la ilusión de oír el sonido de tu voz o de ver aquellas palabras dibujadas, con las que sueño y que salen de tu corazón. Podrías privarme del rubor de una mirada, del hechizo de un silencio, la promesa de una cita o la esperanza de un encuentro. Me privarías de la magia de un suspiro, del perfume de un abrazo, o el sabor y la caricia de un beso. Pero no podrás privarme de escuchar en el "Café de París"... la música que yo quiero".

Rusty Andecor
"Encuentro en el Sena". Su música está basada en una vieja "canción
de amor" noruega dedicada a Anette, la dama a quien se le canta. Sin
embargo hay una leyenda fantástica alrededor de ese "encuentro"
que se describe en un cuento llamado "La bella dama del Sena"
Y esa "música que yo quiero" es... de alguna forma... el "love theme" de toda la obra musical. Fue el tema que dio carácter al "tercer volumen" del álbum "La música más hermosa del mundo" y que, con el título de "Encuentro en el Sena", extraje de una vieja "canción de amor" noruega que  en 1930 cantaba por la radio y grabó Rita Drangsholt. La canción se llamaba "Anette", que después se popularizó como un "lied" en Alemania y que llegó a cantar la propia Marlene Dietrich, bajo la letra con una triste historia de amor. Finalmente, el acordonista y arreglista Jan Holland, afincado en París, lo versionó tal y como puede oírse en el vídeo cuyo montaje subí a Youtube con el título de "Encuentro en el Sena" (clic), aunque el tema se había convertido años atrás en una leyenda musical para los acordeonistas que lo interpretaban como un vals en los lugares más bohemios y próximos al Sena, y con el que se recordaba también a la desafortunada historia de unos enamorados que desaparecieron allí en "La Seine". (Clic en el título "Anette" para reproducir desde Spotify la canción original de Rita Drangsholt) 
  
Siempre hay un "Café" en alguna parte de nuestro mágico
universo en donde podemos sentir la música del corazón;
solo hace falta "encontrar" ese lugar que aparece en nuestros
sueños y celebrarlo con un beso de amor.

Pero, además de estar incluido en el "volumen 8" del álbum, también formó parte de esa "música que yo quiero" el mismo tema "Anette" que versionó e interpretó al piano mi sobrino Carlos González, productor musical y editor discográfico de "Estudios de grabación Piccolo", y que bajo el título "La belle dame de La Seine" (clic) se puede reproducir en el enlace del mismo.
  
Y aparte de esta introducción musical que  sirve de presentación, significativa de mi obra, me fascinó incluir en el doble álbum "Café de París" algunos temas con "sabor parisino", piezas simbólicas de esa leyenda que nos recuerda el bello París, la ciudad de la luz y del amor, porque sentí que me devolvía el mensaje de otras épocas que me hacían ensoñar en el hechizo de sus escenarios. Añadí, en la segunda parte de este "Café", algunas reliquias de acordeón, si no las que mejor representaban ese popular estilo "musette", sí en cambio las que evocaban aquel singular peregrinaje parisino "con olor a calle estrecha, absenta, simbolismo y bohemia, en donde a menudo asoma la desesperanza y el desamor".


Una de las acordeonistas más retratadas por el célebre fotógrafo francés
Robert Doisneau, en una escena de un viejo Café de París, en donde los
valses y musettes daban olor a cafés y bares, a coñac y absenta,
a enamorados y camareras del amor, a sueños y a desesperación.
Y entre esas viejas piezas, sería justo evocar algunos de los más clásicos acordeonistas, como Tony Murena o Louis Peguri, del que podemos escuchar "La Piémontaise"; o también, las más contemporáneas, como "La Roulotte" de Louis Corchia"Place Montmartre" de Jean Corti; incluso alguna versión del vals "Mon Amant de St. Jean", del que vemos aquí la interpretación que hace el cantante francés Patrick Bruel. Y todas ellas, para traernos el sentimiento de la estampa de un París ensoñador y bellísimo.
La "River Seine" es también escenario de esa música de valses y
musettes que interpreta la bohemia del "accordion".
  
Todos ellos, los de esta segunda parte del "Café de París", son temas con los que he querido hacer justicia a un derroche imprescindible de musettes y valses, con sabor a la brisa y al perfume de esa música de París. Luego, hay una dedicación esmerada y empapada de mi íntima sensibilidad hacia esas bandas sonoras cuya clave, también aromática, tanto ha pretendido significar lo que yo he llamado "La música más hermosa del mundo".

Quienes tuvieron ocasión de escuchar este doble álbum (volúmenes 8 y 9 de la colección), seguro que contemplarían mi evocación a ese aire y ambiente de un París con sabor al viejo acordeón y a los recuerdos de un Sena que, a veces, suele aparecer en el cuento de mis sueños y que intento escenificar en la fantasía de mis microrrelatos, los que reproduzco en el libreto de esa parte del álbum.
"La belle dame de La Seine" se apresura por las
calles de París para llegar a su "encuentro en el
Sena" . Lleva consigo su equipaje cargado de
ilusión, de sueños y de su destino.
  
Quiero resaltar que el tema que he quedado aquí, como representativo del color y carácter del álbum, "Anette" "Encuentro en el Sena", es la pieza melódica, simbólica por excelencia, que contiene esa estampa de sentimientos y colores, con el que he pretendido inundar el álbum en su totalidad. En mi fantasía, relatada en el subtexto de algunos temas, es la representación pictórica más evidente de una secuencia que escenifica "un encuentro en las orillas del Sena". Es el "Love Theme" de una imaginaria película que podría haber titulado "Música Paradiso", como admiración y tributo al genial film comentado en una crónica reciente.
  
En cuanto al tema "La belle dame de La Seine", versión adaptada de "Encuentro en el Sena", con arreglos e interpretación de Carlos González, es un homenaje al tema de amor del álbum y a la escena de ese "encuentro". "El tema describe -extraigo de mi libro Café de Parísel mundo maravilloso que cabe en la sonrisa que escapa de lo más profundo del corazón, cuando quien nos la muestra nos sugiere su ilusión, su sincera generosidad, su amor y el deseo de envolvernos con la intensidad de sus sueños". Una bella música que interpreta Carlos con un piano Pleyel de principios del siglo pasado y de origen tan parisien como el mismo sabor de aquel nostálgico "encuentro en el Sena", en una versión acústica y con un estilo tan romántico que nos hace pensar que el pianista (mi sobrino Carlos) supo ser cómplice de los sentimientos de quien conoció el significado de aquella scène sur la Seine.
  
Y no olvidemos que siempre hay alguien, con un aire de tristeza,
pero también de ilusión, esperando en ese lugar mágico, parecido
al que vemos en nuestros sueños y que puede ser el Café de París,
 a que llegue... una sonrisa de esperanza, mientras suena esa
música... la que sabíamos era "la más hermosa del mundo".
Tal vez, "La belle dame de La Seine" es la interpretación más apasionada y espontánea de quella histoire d´amitié et d´amour que yo soñé y que escribí en mi extraño cuento y al que puse el mismo título que su tema musical. Quizá es..., y como dije entonces en mi libro, "una sonrisa del alma mojada de una música que es capaz de hacernos gozar cada instante de su melodía, con sus notas y acordes, haciéndonos olvidar de la infelicidad de las escenas pasadas y de las que puede acecharnos el mañana". Porque..., y así continuaba, "La vida es como un poema sinfónico; su música está repleta de lágrimas y risas, de suspiros y sonrisas, de aromas y colores, de sabores y de brisas; unas y otras son los movimientos de la sinfonía ". Y terminaba "... y el color de sus acordes, el aroma de sus notas y el sabor de su tristeza o de su dulzura se difuminan si no están impregnados la música de aquella sonrisa".
  
Finalmente, recordar la dedicatoria que hice, hace años en mi publicación, y que renuevo ahora, igual que entonces: "La música del Café de París y la fantasía de su "literatura", está dedicada a quienes gustan de "colarse" en el café de su ilusión, a través de la "puerta de los sueños", la que les lleva a escuchar aquella melodía que guardan en su recuerdo y que puede imaginar en su "vieja caja de música" o en este... 

Rusty Andecor
  
Reseña biográfico-musical en la sección de "Músicos y compositores", a la derecha.

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