Expresión pictórica de la interpretación de la música de una pintura de la artista rusa Lena Sotskova |
"El milagro de la música no es sólo la excelencia de la
composición de una obra, o la sublimación de la poesía que la embellece. Ni es sólo el
virtuosismo de su interpretación. La música es también el arte, a veces el
milagro de recrear un mundo de ilusión en el mágico escenario del teatro de nuestra increíble y asombrosa imaginación".
Ángel González
"Golden Chord", painted by Anna Razumovskaya |
Lo cierto es que el poder mágico de la música no sólo está en la
percepción de la letra armonizada de su melodía, ni en el mensaje que nos
transmite o sugiere, y que podemos verlo o entenderlo. La verdadera magia de la
música, el milagro y su fascinación, está en descubrir lo que encubre o
insinúa, en lo que sugiere y evoca. Su encantamiento y hechizo está en su poder
mágico para sentirnos abrumados por la emoción que nos provoca, cuando a veces
nos llega desde nuestro más recóndito estadio subliminal. Y desde luego, el
milagro de la música está también, en su genialidad para conseguir que podamos
recrear en el teatro de nuestra imaginación todo un escenario de asombrosas
ilusiones.
El color de la música, a veces, puede recuperar escenas que gratificaron nuestro pasado. Sus notas y acordes las recreará en la imaginación. (Painted by Lena Soltskova) |
Así, entendido ese poder fascinante de
la música, la magia y el milagro de lo que cuanto nos transmite, debería
celebrar y ensalzar su inmortalidad, reiterando el titular del que parece será
mi último post: "Todo
se va y se desvanece. Solo queda el color de la música y la sombra de algún
recuerdo, que permanece". El color de la música siempre nos
traerá la ilusión de cuanto queremos ver en ella. Sus registros y matices
desmenuzan los detalles de su contenido. Sus notas y acordes nos describen su
argumento y su guión. Y la sombra de los recuerdos nos reconfortará el
presente, alentándonos de ilusión al evocar las escenas más gratificantes del
pasado.
El éxtasis que produce el escenario de una obra musical está, en ocasiones, no sólo en la genialidad de su interpretación, sino también en la inspiración y en el encantamiento de quien la escucha. |
Y viene a ser, sobre esos recuerdos que han llegado a la descripción encubierta de mis relatos, a cuanto hay detrás de las imágenes aquí publicadas y a sus referencias ilusorias, sobre lo que he querido descubrir en cuanto a su auténtica esencia y fundamento, en cuanto a su origen subliminal. En consecuencia, entiendo y puedo percibir que hay una semblanza poética, junto a una policromía musical que describe acontecimientos emotivos, eclosiones gozosas y gratificantes, pero también instantes amargos y sombríos de la vida, y cuya esencia está presente y unida a todo un argumentario que contiene “la música más hermosa del mundo”. Y todo ello, su sentimiento y su mensaje, se descubre entre su literatura, la iconografía de sus imágenes y, sobre todo, entre la colección de música que esta obra ha acumulado.
Es una semblanza que reúne el encanto y desencanto del alma que cala y envuelve la integridad de toda la música que inunda la mágica y fascinante colección. Y que lleva también, la ilusión y desilusión de la esencia inspiradora del autor. Quizá, incluso… la esperanza de que un destello que iluminó el transcurso de la obra, la historia encubierta en la música y en los libretos, mientras se escribía, no se desvaneciera, sino que continuara resplandeciendo.
Y esta semblanza, inmersa en una sinfonía de sentimientos y de mensajes filarmónicos, de emociones y de postales melódicas, está descrita en los treinta temas de esta última publicación, entendidos como 30 “bises”. Y lo cierto es que son piezas que llevan, cada uno de ellas, la marca de un matiz musical distinto, pero también la de un colorido que sintoniza y converge con el conjunto de todo el temario melódico. (Clic en los títulos del playlist del contenido de este post para reproducir cada uno de los temas musicales).
Tema 1. "Adios Habana", de Dave Grusin, correspondiente a la banda sonora de "Havana" (1990). Un "love theme" con el que finaliza la película, escena cuyo fragmento reproduce el vídeo que enlaza el título "Habana - Escena despedida". (Clic en el título). La pieza sinfónica, en el contexto personal de esta obra, viene a ser como un epílogo con el que se describe el final de un viaje de recuerdos del autor que tuvieron su inicio mucho tiempo atrás, al igual que los recuerda Jack, el personaje del film encarnado por Robert Redford, persiguiendo la búsqueda de su destino en su frustrado intento para unirse al de ella, Bobby, el personaje representado por una turbadora y bellísima Lena Olin, tras un romance que hace cambiarle a él su moral.
Inmortal aquel diálogo: "-Te conseguiré un pasaje cuando quieras y a donde quieras, este mundo no es muy seguro para ti" -le dice Jack a Bobby. "-¿Porqué haces esto?" -pregunta ella. "-Por los viejos tiempos" -responde él, añorando tal vez, la nobleza latente de sus sentimientos, quizá sin percibir aún el espíritu de lealtad que le hará cambiar su moral. O aquella otra última secuencia en que se produce la despedida: "-¿Me estabas esperando?" -pregunta ella. "-¡Toda mi vida!" - responde él.
Hay una reflexión que hace Jack al final de la película, quizá también es la que hace aquí el propio autor, aunque en nombre del personaje de mis relatos, y que viene a decir: "Las cosas ahora son distintas. Las cosas me van bien, pero ya no es lo mismo. A veces me siento vigilando mi destino, tal vez procurando por si puede cambiar el rumbo de mi vida. A veces, veo como un destello a lo lejos. Y algo se acelera dentro de mi. Supongo que es la esperanza".
Es el pasaje musical que resume todo un sentimiento, de semblanzas vividas, de algunos sucesos felices y de otros desafortunados, de equívocos y errores cometidos en el pasado, de pasiones ensoñadas, incluso de sacrificios y renuncias por un ideal, quizá llevados por un principio de lealtad. Es un tema que describe muy bien el pasaje de violines, por un lado, y el piano, por otro, con la participación también del sonido apagado de una trompeta, en este hermoso y elocuente diálogo musical.
Por otra parte, la sugerencia de la música, en algunos
momentos, parece recuperar escenas del pasado, tal vez escenas felices que se describen
en los libretos del álbum literario-musical. Son imágenes medio desvanecidas,
casi ocultas entre los libretos del relato y rescatadas del “visor de
antigüedades” de la memoria del autor.
Tema 3. "The Appointment", de John Barry, perteneciente a la BSO del mismo título, "La cita", y que interpretaban Anouk Aimée y Omar Sharif. La música, en el contexto del relato de este álbum literario-musical, es una excusa más para describir el comienzo de una historia, tal vez imaginada, tal vez extraída de una parte de la realidad. Es un encuentro, casual e inesperado, que el destino pone a dos personas que no se conocen; a un hombre y a una mujer. "La cita", es el punto de partida de una ilusión, de una complicidad, unas veces como una aventura, otras como una fantasía. Pero el momento de ese "encuentro" está presente en el transcurso de toda la historia.
Tema 4. "Plus fort que nous". de Francis Lai, de la BSO de "Un homme et une femme", película dirigida por Claude Lelouch y protagonizada por Jean-Louis Trintignant y Anouk Aimée. La escena del vídeo que enlaza el título es el reencuentro de dos seres humanos, "un hombre y una mujer", que en ese momento han comprendido que se aman y que, como dice la misma canción, "el amor es más fuerte que nosotros". Es uno de los "love themes" del film que describen esa eterna historia de encuentros y desencuentros que un hombre y una mujer se ven destinados a vivir, una veces felices, otras más tristes, no sólo en el cine sino en la vida real.
"Plus fort que nous", Es otra versión del tema a piano y orquesta, en clave de jazz, también extraída de la banda sonora y de otra escena de la película, quizá una de las escenas más emotivas y románticas que el cine ha creado. Es el primer encuentro de dos seres humanos que están destinados a amarse eternamente. Una historia de amor fulgurante, inesperada, atrapada en un paréntesis casi de ensueño; seguramente muy parecida a la que aparece encubierta, semi-oculta, tras los libretos del relato de esta obra literario-musical que contiene este blog. "L´amour est bien plus fort que nous", en una versión de jazz, con unas imágenes impresionantes.
Tema 5. "Les plus belles années d´une vie", de Francis Lai con adaptación de Calogero y Nicole Croisille, versión vocal y que pertenece a la BSO de "Los años más bellos de una vida", película que también dirige Claude Lelouch e interpreta Jean-Louis Trintignant y Anouk Aimée, y que fue rodada como secuela de "Un hombre y una mujer", para concluir la trilogía del director francés. La conmovedora historia del film cuenta cómo el destino busca a "una mujer" que amó a "un hombre" 53 años atrás, después de perderlo y para reencontrarse con él. Cuenta cómo él se halla internado en un centro porque padece Alzheimer. No recuerda nada, pero si a la mujer que amó. Luego, tras el reencuentro, imagina que se escapa con ella para recorrer los lugares que fueron testigos de su romance. La versión orquestal de la banda sonora, por tener los derechos reservados, sólo disponible en el playlist grabado en el "volumen 17".
Lo cierto, es que el "flechazo" se -vuelve a producir, porque como dice Lelouch "el flechazo ocurre cuando uno reconoce a alguien que ha amado antes, quizá en otra vida", se atreve a decir el cineasta, añadiendo incluso "ya que incluso la muerte no puede con el amor". Quizá, la historia podría trasladarse también a un contexto real, ¿y porqué no al ámbito más cercano del autor que imaginó otra historia a través de esta obra? Y también, lo cierto es que la música describe, además, una eterna complicidad de dos seres humanos, quienes quiera que sean, que pudieron vivir incluso sólo un instante de su romance; complicidad que no desaparece ni en el tiempo ni en la distancia, y que la mantiene la magia de una química de recuerdos alojados en lo más profundo del subconsciente. Esa complicidad, esa química, fue la que tuvieron Anne y Jean-Louis, los personajes de "Un hombre y una mujer".
Tema 6. "Le courage d´aimer: Noël", de Francis
Lai, perteneciente a la BSO del mismo título y cuyo film dirige
también Claude Lelouch. "El coraje de amar", el
título así traducido, cuenta historias anodinas e intrascendentes en las que
aparece como protagonista el impulso de los sentimientos y la fuerza del amor. Historias como la
que emergió en el transcurso del mensaje de "la música más hermosa del mundo", de las imágenes y de los
textos de esta obra. La música describe un lejano escenario de recuerdos que parece
recuperarse en el presente mediante la fantasía de la imaginación, y en el que
pone el tono nostálgico de un acordeón, siempre sugerente, siempre
envolviéndonos con el mensaje... quizá de un ya lejano cuento.
Tema 8. "“Waltz
Gramophon”, de Eugen Doga, de su álbum "Cascade of Dreams". Es una música tan sugerentemente descriptiva del mundo de la ilusión como el tema anterior, aunque en forma de vals.
Tema 9. "Bluebird", de Alexis Ffrench, de su álbum "Evolution". Otra partitura con la misma línea musical que los dos temas anteriores y compuesta por un autor dedicado al género de una música muy espiritual e intimista. Y es esa la intención de este pasaje que interpreta el piano y un discreto acompañamiento de cuerda. Quizá, con este tema he querido hacer un paréntesis de reflexión para enlazar mi inspiración más cerca del alma a una música más descriptiva, puede que más paisajista en cuanto a la escenografía que evocan mis recuerdos.
Tema 10. "La romance de la vie", compuesto y orquestado por Babtiste Thiry y perteneciente a la banda sonora del film documental "Annie Girardot á coeur ouvert". Es el título con el que se inicia el álbum que contiene 19 pistas y con el que se hace un homenaje merecido a quien fue una de las grandes estrellas del cine francés en su etapa más clásica: Annie Girardot. Un tema con el que le podríamos dar un titular al final de este álbum literario-musical: "La vida es un eterno romance". Un eterno romance, que, como tal, hemos de vivir, pues en su contexto más profundo y personal, para enamorarse de la esencia de la vida, hay que sentirse fascinado por el ser humano, especialmente por quien nos muestra la transparencia de su verdad y de su corazón.
Tema 11. “Una dolce vita”, extraído del mismo álbum de Baptiste Thiry. El encanto y la gracia, el júbilo y regocijo, el juego y la ternura, y hasta la travesura, cuanto nos describe la música, nos descubre la nostalgia de aquella “dolce vita” de un personaje; una vida enmarcada, unas veces en los recuerdos del pasado del autor, otras en la ficción de los relatos de este álbum literario-musical. El clarinete, el piano y el acordeón son los artífices del diálogo que se produce en la fantasía de nuestra imaginación. La música de la partitura sigue siendo, como el tema anterior, un canto a la vida, un canto a los sueños, desde la ilusión, desde nuestras luces, desde nuestras sombras, desde la verdad de nuestro corazón.
Tema 12. "Flight to Rome", del mismo álbum y autor, es la continuación del anterior, pendiente aún de hallar un enlace. El argumento del mensaje que extraemos de su música describe el mismo sentimiento que sus temas precedentes.
Tema 13. "Un homme et une femme", de Francis Lai, en una adaptación muy melódica a piano que interpreta Richard Clayderman, precisamente para la música de "Un hombre y una mujer". Un tema que nos viene recordar nuevamente que el romance más importante de la vida es el sentimiento generoso y desprendido entre los seres humanos, el amor y la amistad, la nobleza y la lealtad, aunque el contexto que aquí se describe, y se realza musicalmente, es el del amor entre "un hombre y una mujer".
Tema 14. “Lo struscio” perteneciente al film “Amarcord”, obra maestra de Federico Fellini, cuya banda sonora está compuesta por Nino Rota. Versión de Riccardo Chailly con la Filarmónica de La Scala. El tema viene a ser aquí otro divertimento musical que se mueve entre el entusiasmo y la complacencia de los momentos vividos en el pasado, por un lado, y el juego, a veces travieso y frívolo, del propio regocijo, por otro. La versión es de la Piccola Orchestra Avion Travel. En definitiva, es algo parecido al argumento de la película de Fellini; una crónica de momentos vividos en un lejano tiempo, con escenas memorables, como en el film, y con otras que solo fueron imaginadas, y que –al menos el autor- podrá visionar en escenarios descritos en los temas posteriores. La versión del tema de “Amarcord” que hace la Sinfónica de San Marino, ilustra muy bien parte de aquellas inolvidables escenas, especialmente la del “Theme” principal. (Clic en los temas señalados, anteriores y posteriores). Con el preámbulo de esta banda sonora se abre el telón del presente playlist que hace de recapitulación musical.
-¿Me estaba esperando? -pregunta ella. -Toda mi vida -contesta él |
La escena: Ella se abraza a él, amorosa, confiada e ilusionada. Él la acoge, resignado, sabiendo que tiene que perderla. |
Conmovida, a punto de llorar, ella escucha a él, que le declara, en un gesto de intentar reconfortarla, que por lealtad tiene despedirse y alejarse. |
Es el pasaje musical que resume todo un sentimiento, de semblanzas vividas, de algunos sucesos felices y de otros desafortunados, de equívocos y errores cometidos en el pasado, de pasiones ensoñadas, incluso de sacrificios y renuncias por un ideal, quizá llevados por un principio de lealtad. Es un tema que describe muy bien el pasaje de violines, por un lado, y el piano, por otro, con la participación también del sonido apagado de una trompeta, en este hermoso y elocuente diálogo musical.
La magia de los mejores momentos de la vida la suele poner, casi siempre, el romance de un beso. (Foto Robert Doisneau) |
Tema 2. "Cominciamo ad Amarci", de John Foster. Una canción que
popularizó Perry Como y Dalida, y que se
orquestó para poner música a alguna vieja película. "Comenzamos a
amarnos", su título traducido, es el inicio de una historia de amor en
la que el punto mágico de su romance lo pone un beso. Y es que “las historias de amor siempre comienzan con
un beso”. Un beso que los enamorados celebran desde lo más profundo del corazón.
Aunque a veces, el milagro de la celebración de esa emoción no es más que un
suspiro. Sin embargo, ese suspiro no deja de ser un beso que exhala el alma del
enamorado.
El romance nace a veces, cuando se comparte el beso de una despedida entre ella y él. |
Y aunque alguna otra vez, es sólo una turbación, un sobresalto, también, esa inquietud, ese trastorno del espíritu, es un
invisible e intangible beso que se desprende, sin que nos demos cuenta, de
nuestro corazón aturdido, pero emocionado por el sentimiento que nos conmueve.
La música de “Comenzamos a amarnos” (o "Comenzamos con un beso"), junto a las imágenes que
ilustra el vídeo, nos describe que ese beso se goza, unas veces en el marco de
algún lugar romántico, o no. Otras, en el recogimiento de un rincón perdido en
nuestra intimidad. Unas, bajo la farola de aquel puente que aparecía en
nuestros sueños, quizá un puente sobre "El Sena" en París. Otras, entre las sombras de una oscura calle. Hasta puede
suceder que, para compartir un beso, nos seduzca un momento sentados en la terraza de un
nostálgico bar. O quizá en la despedida entre dos personas. Ese beso que se dan él y ella, cuando uno de ellos se va en el tren, es el mejor festejo del inicio de un romance.
Alguna vemos hemos soñado con el beso que nunca dimos, o con el que nunca recibimos. Incluso en el lugar más alejado de la realidad, y que sólo escenifica el teatro de nuestra imaginación |
Lo cierto es que también, a veces, hay un beso que se deseó, pero que nunca se dio ni se recibió. No es un beso real,
pues sólo se produjo en el escenario de nuestra imaginación. Y ocurre que tras la ensoñación
de ese beso, tras el escenario fantástico de la ilusión, aparece la magia de un romance.
Tema 3. "The Appointment", de John Barry, perteneciente a la BSO del mismo título, "La cita", y que interpretaban Anouk Aimée y Omar Sharif. La música, en el contexto del relato de este álbum literario-musical, es una excusa más para describir el comienzo de una historia, tal vez imaginada, tal vez extraída de una parte de la realidad. Es un encuentro, casual e inesperado, que el destino pone a dos personas que no se conocen; a un hombre y a una mujer. "La cita", es el punto de partida de una ilusión, de una complicidad, unas veces como una aventura, otras como una fantasía. Pero el momento de ese "encuentro" está presente en el transcurso de toda la historia.
Anne y Jean-Louis acaban de conocerse. Es el momento en que se acercan: la atracción es inmediata. Como suele ocurrir siempre. |
Una de las escenas más románticas de "Un homme et une femme" que describe la música de la banda sonora. |
Tema 5. "Les plus belles années d´une vie", de Francis Lai con adaptación de Calogero y Nicole Croisille, versión vocal y que pertenece a la BSO de "Los años más bellos de una vida", película que también dirige Claude Lelouch e interpreta Jean-Louis Trintignant y Anouk Aimée, y que fue rodada como secuela de "Un hombre y una mujer", para concluir la trilogía del director francés. La conmovedora historia del film cuenta cómo el destino busca a "una mujer" que amó a "un hombre" 53 años atrás, después de perderlo y para reencontrarse con él. Cuenta cómo él se halla internado en un centro porque padece Alzheimer. No recuerda nada, pero si a la mujer que amó. Luego, tras el reencuentro, imagina que se escapa con ella para recorrer los lugares que fueron testigos de su romance. La versión orquestal de la banda sonora, por tener los derechos reservados, sólo disponible en el playlist grabado en el "volumen 17".
Lo cierto, es que el "flechazo" se -vuelve a producir, porque como dice Lelouch "el flechazo ocurre cuando uno reconoce a alguien que ha amado antes, quizá en otra vida", se atreve a decir el cineasta, añadiendo incluso "ya que incluso la muerte no puede con el amor". Quizá, la historia podría trasladarse también a un contexto real, ¿y porqué no al ámbito más cercano del autor que imaginó otra historia a través de esta obra? Y también, lo cierto es que la música describe, además, una eterna complicidad de dos seres humanos, quienes quiera que sean, que pudieron vivir incluso sólo un instante de su romance; complicidad que no desaparece ni en el tiempo ni en la distancia, y que la mantiene la magia de una química de recuerdos alojados en lo más profundo del subconsciente. Esa complicidad, esa química, fue la que tuvieron Anne y Jean-Louis, los personajes de "Un hombre y una mujer".
De "La courage de l´aimer": Massimo Ranieri y Mathilde Seigner en una escena de seducción |
En ocasiones, el intérprete de la música, el piano, o el cello, fusionan el espacio de su propia inspiración con la escena que imaginamos. (Painted by Willem Haenraets) |
Tema 7. "Gordos", de Pascal
Gaigne, de la BSO de la película del mismo título. Es un divertimento
musical que interpreta el piano en el transcurso de casi toda la pieza, aunque
en la segunda mitad escucharemos a la guitarra y la cuerda. Una música con la
que, aproximándonos al argumento de mi propia "película", la que he
querido relatar en esta obra, esbozando escenarios, unas veces cercanos a mi
propia vivencia, otras más surrealistas, nos describe alguna de las escenas más
reconfortantes, imaginadas, a veces... no sé si vividas, y sucedidas en algún
momento y en algún lugar del tiempo.
La sugerencia descriptiva del piano a veces nos lleva al rincón más cercano del alma. (Painted by Clyde Steadman) |
Tema 9. "Bluebird", de Alexis Ffrench, de su álbum "Evolution". Otra partitura con la misma línea musical que los dos temas anteriores y compuesta por un autor dedicado al género de una música muy espiritual e intimista. Y es esa la intención de este pasaje que interpreta el piano y un discreto acompañamiento de cuerda. Quizá, con este tema he querido hacer un paréntesis de reflexión para enlazar mi inspiración más cerca del alma a una música más descriptiva, puede que más paisajista en cuanto a la escenografía que evocan mis recuerdos.
Portada del álbum "Annie Girardot, con el corazón abierto" |
La música, la sentimos como un canto a la vida, un canto a los sueños, desde las luces, desde las sombras, un canto al amor. |
El romance más importante de la vida: el sentimiento del amor. "Man and Woman. Love Scene", by Kanchan Mehendale. |
Tema 13. "Un homme et une femme", de Francis Lai, en una adaptación muy melódica a piano que interpreta Richard Clayderman, precisamente para la música de "Un hombre y una mujer". Un tema que nos viene recordar nuevamente que el romance más importante de la vida es el sentimiento generoso y desprendido entre los seres humanos, el amor y la amistad, la nobleza y la lealtad, aunque el contexto que aquí se describe, y se realza musicalmente, es el del amor entre "un hombre y una mujer".
Tema 14. “Lo struscio” perteneciente al film “Amarcord”, obra maestra de Federico Fellini, cuya banda sonora está compuesta por Nino Rota. Versión de Riccardo Chailly con la Filarmónica de La Scala. El tema viene a ser aquí otro divertimento musical que se mueve entre el entusiasmo y la complacencia de los momentos vividos en el pasado, por un lado, y el juego, a veces travieso y frívolo, del propio regocijo, por otro. La versión es de la Piccola Orchestra Avion Travel. En definitiva, es algo parecido al argumento de la película de Fellini; una crónica de momentos vividos en un lejano tiempo, con escenas memorables, como en el film, y con otras que solo fueron imaginadas, y que –al menos el autor- podrá visionar en escenarios descritos en los temas posteriores. La versión del tema de “Amarcord” que hace la Sinfónica de San Marino, ilustra muy bien parte de aquellas inolvidables escenas, especialmente la del “Theme” principal. (Clic en los temas señalados, anteriores y posteriores). Con el preámbulo de esta banda sonora se abre el telón del presente playlist que hace de recapitulación musical.
Tema 15. “Love Theme”, del film “Somewhere in time”, compuesto por John Barry, en versión de sólo piano que hace el orquestador Dennis McCarthy. El tema describe ese “lugar en el tiempo”, que es el mismo título del film. Una música que, cuando en su versión orquestada ya aparecía en uno de los primeros álbumes hace 15 años, nos trasladaba a un mágico lugar en donde creímos encontrarnos a una misteriosa dama cuya presencia intuíamos y cuyo retrato vislumbramos, y luego volveríamos a recuperar en otro lugar del tiempo. Fue el encanto y la belleza de aquella imagen la que a mi seguiría fascinándome durante el transcurso de esta obra literario-musical. Puede que aquella imagen no fuera la misma que la del retrato original. Y puede que aún no estuviera seguro de la identidad de su rostro. Porque, puede que su rostro no lo hubiera visto nunca en la realidad y sólo estuviera en mi imaginación o en el recuerdo de un sueño. La versión del “Theme” en versión “piano and violin duet” nos lleva aún más a adentrarnos en el universo mágico de la imagen de aquel retrato. Mejor aún, si escuchamos y contemplamos la conmovedora interpretación que hace la violinista Kim Ji-Yeon de este bellísimo y turbador "Love Theme" del maestro Barry.
Tema 16. “Love Theme”, de la BSO del film “My Life”, también de John Barry. "Mi vida", una producción de 1993 que fue protagonizada por Michael Keaton y Nicole Kidman. Aquí, la música en su versión original, nos envuelve hasta adentrarnos “más allá” de la trama, sin que podamos evitar, mientras escuchamos el breve fragmento sinfónico, rodearnos del hechizo de una atmósfera que nos traslada hasta el paisaje de la ensoñación. Es cierto que la realidad de la vida está ahí, con toda su crudeza e ingratitud. "Mi vida" es el título del tema que nos recuerda esa realidad y esa ensoñación. Y lo cierto es que hay un instante en la lucidez de cualquiera de nosotros en que nos escapamos a ese maravilloso mundo de un tiempo perdido en la dimensión del pasado. Recordemos, nuevamente, el pasaje completo de la armonía sinfónica del tema "My life ending theme", el que pertenece en su versión original al final de la película. Y sepamos también que siempre nos queda algún recuerdo que forma parte de la "película" de la vida y que atesoramos en nuestra imaginación.
"Accordion girl" (Autor desconocido) |
Composición pictórica que pone la música del acordeón y del piano, como homenaje al "romance de la vida". |
Es el escenario de una mágica noche de París, en la que dos personajes de los relatos de esta obra cruzan una vieja y sombría calle de la ciudad. |
Podría ser la imagen evanescente de aquella "belle dame" que se perdió en una vieja y sombría calle parisina. Aunque podría ser también, simplemente, la ilusión de una historia musical que un día comenzó con un vals: "El valse d´une rencontre á la Seine" |
Y supe, me contaron también, que mientras aquel rostro se desvanecía en la oscuridad de la noche, se escuchaba, al parecer desde un pequeño y oscuro club de jazz, el sonido lejano de la canción "Shadows of Paris", que relataba la triste historia de una dama enamorada de un sueño y que se perdió en la soledad de su destino. El tema es una versión que interpreta “Shirley Scott Trío”. Luego, yo mismo tuve mi propia experiencia, poco menos que sobrenatural, pues después de recordar lo que me habían contado y al "despertar" de la ilusión de aquella escena que había imaginado o quizá que había ensoñado, porque creí encontrarla en algún lugar, sucedió que durante otra noche, hallándome en la misma ciudad, me vi en la penumbra de aquella mágica calle, ya muy de madrugada, y escuché a un pequeño grupo de jazz que tocaba en un retirado café. Eran sólo tres músicos y se llamaban "Elsie Bianchi Trío".
Katheine Morris y Tony Croft, tocando el melodeón. |
Tema aparte, se merece el mismo “The Shadow of Paris”, en una versión que interpretan “mis amigos” Kate Morris y Tony Croft con acordeón y melodeón, respectivamente. Una pareja de acordeonistas imprescindibles en una crónica en que la música del acordeón es una de sus protagonistas. Absolutamente increíble la versión, para describirnos una “sombra”, la del destello de una imagen, en que poco a poco se había ido convirtiendo la que aquella anoche fue una milagrosa aparición. Supongo que aquellos dos acordeonistas callejeros, Kate y Tony, quienes encontré en la misma calle al día siguiente, querían recordarme que la imagen tras la sombra había dicho adiós al amanecer.
Tal era la forma en que Audrey nos cautivaba que ni siquiera, cuando apenas veíamos su sonrisa en su rostro, dejábamos de contemplar la dulzura que exhalaba y transmitía su corazón. |
Tema 22. “Moon River”, de la BSO de “Breakfast at Tiffanys”, de Henry Mancini. La mítica película "Desayuno con diamantes", que dirigió Blake Edwards en 1961. El tema es un homenaje a quien, de alguna forma, fue una eterna musa para este autor. Un homenaje a quien fue también la eterna inspiración de Rusty Andecor. Un entrañable homenaje a ella: Audrey Hepburn. Y nada mejor que en una versión íntima y delicada que protagoniza el piano y la cuerda del grupo “I Salonisti”. Bueno, ciertamente fue una musa, porque mucho tuvo que ver el resplandor de la imagen de su rostro, de su figura, de la dulzura de sus ojos y de la sugerencia de su mirada, con la aureola y la esencia de aquel misterioso y fascinante personaje: “la belle dame de La Seine”, que surgió de los impresionantes escenarios de su imaginación.
El tema de Mancini, en esa versión que interpreta el conocido grupo de cámara, describe un duelo increíble y asombroso entre el violín y el piano, y da la impresión que representa, no sólo a Audrey Hepburn, sino también a la fascinante “la belle dame”. Otra versión de "Moon River", ésta de interpretación anónima, muy sencilla y sin pretensiones, pero de una estética musical exquisita es la que enlaza aquí con el título precedente. Aunque la más incomparable de todas las versiones que podríamos encontrar, por cierto, muy acorde con aquella amorosa ternura que tanto irradiaba su persona, es precisamente la suya. Por eso, no me resisto a dejarme seducir una vez más, aunque la haya repetido en tantas ocasiones, la versión original que ella misma canta, y que lo hace con la música de su corazón. Aquella que comenzaba, susurrando.. "Moon River". (Clic aquí en el título).
Tema 23. "A Quai", de Yann Tiersen, de la BSO de "Amelie". La pieza es un divertimento de color y fantasía. Creo que es la mejor estampa musical para bajar el telón y poner fin a toda una función, y ello después de una fantástica historia relatada o, tal vez, solo sugerida a lo largo del transcurso de esta obra, la que se me ocurrió titular “La música más hermosa del mundo”. Y en definitiva, el tema forma parte de la banda sonora de un cuento, el de "Amelie", y desde luego viene a tener mucho que ver con el cuento que parecía encubrirse en el transcurso del contenido ilustrado en este álbum. Y no olvidemos que hay historias fabulosas que no sólo son ilusorias. Pues si algunos de los libretos de la obra contenían relatos en las que los personajes representaban escenas inquietantes y situaciones desalentadoras, quizá es la consecuencia de experiencias o aventuras oníricas que el autor hizo "rodar" en su particular "película".
Tema 24. "To vais tou gamou", de Eleni Karaindrou. Es un tema que pertenece al álbum y banda sonora de la película griega "O Melissokomos" ("El apicultor") y que traducida es "El vals de boda". Una música que visiona una de las estampas más gratificantes y felices de alguna de esas aventuras oníricas que el autor guardó en su reservado "celuloide", para la intimidad de su fabuloso cuento.
Es un vals de celebraciones, de las que entre el gozo y la ilusión de los dos personajes de la ficción bailan entre la fantasía de colores de su escenario. En cuanto a la versión de "Tu vais tou gamou", en la que escuchamos el vals más acelerado y más vivo, nos imaginamos al personaje de la dama del relato, "la belle dame", en la representación de una danza de ballet con la que, al ritmo y la música del vals, quiere mostrarnos la plenitud de su momento de felicidad.
Nunca tuvimos la duda de que cuando escuchábamos a Audrey en la canción "Moon River", cuando la veíamos aquí en esa escena, sabíamos que cantaba desde el alma y con el corazón. |
Es la orquestilla que pone la música a
algunas de nuestras experiencias o
aventuras oníricas. Es la banda
disparatada y surrealista que puede
aparecer en nuestros propios sueños.
|
"La belle dame", la dama de nuestro cuento baila su danza de la felicidad, recordando su "Tu vais tou gamou". |
Es un vals de celebraciones, de las que entre el gozo y la ilusión de los dos personajes de la ficción bailan entre la fantasía de colores de su escenario. En cuanto a la versión de "Tu vais tou gamou", en la que escuchamos el vals más acelerado y más vivo, nos imaginamos al personaje de la dama del relato, "la belle dame", en la representación de una danza de ballet con la que, al ritmo y la música del vals, quiere mostrarnos la plenitud de su momento de felicidad.
Tema 25. "Waltz - The Boorish", También, compuesto por Karaindrou, del álbum "Music and Songs for the Theatre", describe un sentimiento de carácter más nostálgico que el "vals de boda" que precedió este tema. Tal vez, con este vals he querido plasmar los colores y matices que nos dejan los maravillosos recuerdos del pasado, la belleza de las escenas que nos dejaron en la memoria y su recreación en nuestra imaginación.
Tema 26. "Lo que escondían sus ojos", de Vicente Ortiz Gimeno, de la serie de televisión del mismo título. Música, compositor y director a que ya nos referíamos en el capítulo anterior. Un tema que me he permitido volver a incluir, no sólo porque aparece ahora en el recopilatorio de temas del "volumen 17" en formato no virtual, sino porque en el contexto del final de esta obra parece describir "casi toda una vida", la más intimista del autor. Y ciertamente, el "poder especial" de algunos de estos temas, como este de Ortiz Gimeno, es el de la impresionante capacidad de describir escenarios envueltos en la nostalgia del pasado; incluso la música que, debido a la fuerza de su composición melódica, recrea la inspiración de escenas que visionan la fantasía de nuestra imaginación.
Tema 27. "Waltz The Man in Half Moon Street", del compositor húngaro Miklós Rózsa y perteneciente a la BSO de "El hombre que quiso ser Dio". El tema podría ser un guiño, aunque sólo por el argumento del film más que por el título, pues si la trama se refiere a un hombre que quería prolongar su propia vida, el personaje del relato que aparece en los libretos de esta obra, o quizá el autor de la misma, sólo deseaba prolongar su ilusión y sus sueños. Pero la música del tema pretende mucho más. Pues es un homenaje a la totalidad de los capítulos de "La música más hermosa del mundo"; desde que este autor hizo su primer trabajo en 2003 hasta el actual 2019. Es el motivo por el que edité el vídeo que reproduce el enlace del título con imágenes muy sugerentes y temáticas del transcurso de la obra. Un homenaje a un álbum de 17 volúmenes y a una crónica literario-musical que incluye este blog, que inicié en 2014 y cierro ahora con 30 capítulos. Y precisamente, también con 30 temas musicales.
Tema 28. "Theme Late for the Date. Mía & Sebastian´s", de Justin Hurwitz y banda sonora de "La La Land. City of Stars" ("La ciudad de las estrellas"), versión que hay que añadir a los temas que ya se contenían en uno de los últimos capítulos de esta obra. Pues si ya entonces me refería a la fuerza musical de la banda sonora, tratando de equilibrar su composición con la historia de amor que se cuenta en la película, entre un romanticismo creíble y la nota nostálgica que parece penetrar en nuestras propias historias personales, finalmente, y con este remake, se trata ahora de relacionar los escenarios vividos, al igual que una película, con el mejor desenlace para nuestro destino. Y quizá, ante lo incierto de encontrar precisamente ese buen destino, de lo que se trata es de enfatizar el teatro de nuestras ensoñaciones.
Tema 29. "Main Title (The Sweewtheart Tree)", de Henry Mancini y BSO de "The Great Race" ("La carrera del siglo"). Por cierto, un clásico de la comedia y uno de los mejores filmes de Blake Edwards, su director y autor del argumento. Es la versión original de la cabecera de títulos del film y un remake de las dos versiones que ya estuvieron en los volúmenes 1 y 14 de esta antología musical. La verdad es que no podía faltar el maestro Mancini, uno de mis favoritos, para poner fin a este álbum y en el que se han recopilado casi 600 temas musicales, la mayor de ellos extraídos de las mejores bandas sonoras del cine. Con esta música he querido también rendir tributo a la ilusión que nos lleva a recuperar nuestras mejores escenas vividas, o incluso imaginadas, y con los "títulos" que más recordamos, al asombroso y maravilloso escenario que mueve la imaginación cuando escuchamos la excelente melodía de Henry Mancini.
Tema 27. "Waltz The Man in Half Moon Street", del compositor húngaro Miklós Rózsa y perteneciente a la BSO de "El hombre que quiso ser Dio". El tema podría ser un guiño, aunque sólo por el argumento del film más que por el título, pues si la trama se refiere a un hombre que quería prolongar su propia vida, el personaje del relato que aparece en los libretos de esta obra, o quizá el autor de la misma, sólo deseaba prolongar su ilusión y sus sueños. Pero la música del tema pretende mucho más. Pues es un homenaje a la totalidad de los capítulos de "La música más hermosa del mundo"; desde que este autor hizo su primer trabajo en 2003 hasta el actual 2019. Es el motivo por el que edité el vídeo que reproduce el enlace del título con imágenes muy sugerentes y temáticas del transcurso de la obra. Un homenaje a un álbum de 17 volúmenes y a una crónica literario-musical que incluye este blog, que inicié en 2014 y cierro ahora con 30 capítulos. Y precisamente, también con 30 temas musicales.
Tema 28. "Theme Late for the Date. Mía & Sebastian´s", de Justin Hurwitz y banda sonora de "La La Land. City of Stars" ("La ciudad de las estrellas"), versión que hay que añadir a los temas que ya se contenían en uno de los últimos capítulos de esta obra. Pues si ya entonces me refería a la fuerza musical de la banda sonora, tratando de equilibrar su composición con la historia de amor que se cuenta en la película, entre un romanticismo creíble y la nota nostálgica que parece penetrar en nuestras propias historias personales, finalmente, y con este remake, se trata ahora de relacionar los escenarios vividos, al igual que una película, con el mejor desenlace para nuestro destino. Y quizá, ante lo incierto de encontrar precisamente ese buen destino, de lo que se trata es de enfatizar el teatro de nuestras ensoñaciones.
Tema 29. "Main Title (The Sweewtheart Tree)", de Henry Mancini y BSO de "The Great Race" ("La carrera del siglo"). Por cierto, un clásico de la comedia y uno de los mejores filmes de Blake Edwards, su director y autor del argumento. Es la versión original de la cabecera de títulos del film y un remake de las dos versiones que ya estuvieron en los volúmenes 1 y 14 de esta antología musical. La verdad es que no podía faltar el maestro Mancini, uno de mis favoritos, para poner fin a este álbum y en el que se han recopilado casi 600 temas musicales, la mayor de ellos extraídos de las mejores bandas sonoras del cine. Con esta música he querido también rendir tributo a la ilusión que nos lleva a recuperar nuestras mejores escenas vividas, o incluso imaginadas, y con los "títulos" que más recordamos, al asombroso y maravilloso escenario que mueve la imaginación cuando escuchamos la excelente melodía de Henry Mancini.
Y siempre hubo un lugar para soñar, o un lugar con el que soñar.
Un lugar en la imaginación o en los sueños. O quizá fue un lugar que inspiró un viejo cuento y que un día, ya hace muchos años, aparecía en aquel "La belle dame de La Seine" (Clic) ("Paris, View of the Seine, Night", by Maximilien Luce) |
Ciertamente y... digamos que, para recapitular esta "recapitulación" (valga la redundancia), son estos titulares con los que podríamos componer y engalanar esos poco rigurosos versos que cito más abajo: "La vida hay que vivirla con arte". "Dedicar pasión a los momentos importantes". "Añadir ilusión al presente y esperanza al futuro". Y que no se nos olvide: "Impregnar y empapar de música como banda sonora a los recuerdos que vivimos". Además... muy especialmente... "Volcar los escenarios que guardamos en los sueños y que recreamos en la imaginación en la música que escuchamos en nuestra antesala del alma". Y... con todo esto, sólo quería recordar, con estas líneas, quizá un tanto "cursis y empalagosas":
Y si música le ponemos, a la vida y a su arte, sentiremos los colores y las formas, que sugiere su romance, y el sabor de su pasión. ("Misia at the piano", painted by Edouard Vuillard) |
"Dreams of Atlantis". Painted by Josephine Wall |
Incluso cuando la música se ha acabado, se limpia la pista de baile y el telón ya se ha bajado, dos personajes se mueven, al ritmo de su fantasía, y lucen su decorado. Hay que bailar a la vida, hasta el último vals. Hay que bailar a los sueños, la ilusión del presente y al recuerdo de un pasado. Y hay que bailar al futuro, la esperanza no se pierde, nada aún se ha terminado. (De "Le derniére valse d´Annie Girardot") (Clic) |
¿Es la dama del cuento? Es ella bailando la danza de los sueños. ("Dance of Dreams", by Josephine Wall) |
Y así fue, que dijo este invisible autor, recordando a Elvis Presley en su canción: "Por los buenos tiempos..." "Yo seguiré aquí, tú te habrás ido, dejaremos el mañana, sin mirar en el jamás, sin pensar en la tristeza de aquel tiempo mucho atrás. Por los uenos tiempos. Por aquellos tiempos, que ya no volverán". (Clic en ambos títulos: "For the Good Times", by Tom McBryde).
Estoy convencido que la sublimación de la música se consigue cuando el autor y el intérprete de una composición inspiran a quien la escucha, desde su armonía y desde el mensaje que transmite. Y cuando, ya después, logra recrear todo su libreto o su guión, para representar en el universo privado de su imaginación.
Ángel González "Rusty Andecor"